¿Y la Cultura?
- Nem Culture
- 18 oct 2018
- 2 Min. de lectura
Por Miguel García.
Según una encuesta sobre la participación y el consumo cultural en 2015, en dónde los resultados fueron que los segmentos D y E tienen apenas un 15% y un 2,6%, respectivamente, de asistencia a eventos culturales, pese a que la gran mayoría de estos se realiza de manera gratuita. Aun así no se logra crear hábitos de consumo de cultura para algunos sectores del país, incluso lo más vulnerables de la posibilidad de mejorar su calidad de vida por medio del acceso a la cultura.
Los lugares en donde habita la cultura son museos, galerías, salas de exhibición, de cine, teatro o música a las que tiene acceso una elite. En sociedades la nuestra, es increíble que, el número de teléfonos celulares supera al de habitantes y el de televisores al de familias, los fenómenos de producción de conocimiento se transmiten masivamente por la televisión y, crecientemente, a través de los nuevos medios tecnológicos.
Hoy la cultura casi no está presente en la televisión, ni en otros medio tradicionales, tal vez porque no hay recursos que financien la costosa difusión televisiva y escasamente, en los nuevos medios portables.
Cuando la inminente televisión digital nos abre un espectro que está por llenarse, vale la pena sincerar si, más allá de los discursos, queremos realmente dar a la cultura un rol protagónico en nuestra sociedad.
Ante este desolador panorama cabe preguntarnos: ¿con qué profundidad comprendemos la acción del arte y la cultura en el desarrollo cívico y personal de los chilenos? ¿Qué rol le suponemos en nuestra sociedad?
Algo es seguro la cultura viste y viste bien o si le reconocemos el poder transformador profundo que muchos creemos tiene en la calidad de vida de las personas. Basta observar el fenómeno producido por instituciones como las Orquestas Juveniles, que han logrado oportunidades de transformación social eficaces en la vida de personas de sectores vulnerables, o, en otro aspecto, el valor económico agregado que produce el turismo cultural en la vida urbana y en la generación de divisas en los países desarrollados.
El próximo gobierno de México tiene que apostar al desarrollo cultural en el centro de la sociedad de oportunidades si queremos lograrlo de manera integral. Ello implica entender que la cultura no es un bien suntuario de carácter accesorio, sino una efectiva herramienta de desarrollo social en el entendido cabal de que la pobreza, mucho más que una situación económica, es una condición cultural.
Ha llegado la hora de hacernos cargo. Consume cultura.
Contacto: nem.culture@outlook.com
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